En el salto a la VIDA ADULTA el individuo se tiene que enfrentar a la construcción de su propio PROYECTO DE VIDA asumiendo las RESPONSABILIDADES que esto conlleva: individuación de la familia de origen, incursión en el mundo laboral, autocuidado, toma de decisiones, elección de su proyecto familiar particular, etc.
En las distintas etapas de la vida adulta (juventud, madurez y vejez) el individuo se expone a ciertas SITUACIONES que en ocasiones pueden generar malestar: aumento de responsabilidades laborales y familiares, salida de casa de los hijos, jubilación, afrontamiento de enfermedades, pérdida de iguales, etc.
El proceso terapéutico ofrece un espacio de REFLEXIÓN dónde desarrollar nuevas HERRAMIENTAS que ayuden a gestionar de forma más adaptativa las DIFICULTADES que se presentan, aumentando las FORTALEZAS y disminuyendo el SUFRIMIENTO.